Recuerdo cuando me levantaba temprano para terminar de hacer las diapos de la disertación que tenía que dar en la tarde de ese mismo día, y yo, histérica, leyendo como loca y subrayando, iba escribiendo lo que supuestamente diría, aunque la mayoría de las veces terminaba improvisando para no ver a cada rato mi hoja de apuntes (torpedo) frente al curso, y la improvisación me salía mucho mejor que lo que tenía escrito, eso era genial, además debo reconocer que las mejores disertaciones que hice fueron las que no tenían tanta preparación. No sé si eso será bueno, de todas formas no quiero volver a pasar por esos momentos de estres.
Recuerdo cuando no comía nada por quedarme estudiando para un certamen, recuerdo cuando nos soplábamos en los de física, cuando pedía libros pesadísimos, cuando no iba a clases xq ya estaba chata, cuando me quedaba dormida leyendo materia (jaja!!), y así podría escribir muchas cosas de las que me acuerdo en este momento, cosas alegres, otras muy tristes, otras estresantes, emocionantes o cosas aburridas, cosas locas, y cosas que nunca hubiera imaginado que sucederían.
Y ahora estoy aquí, viva, alegre, y pareciera que lo que viví los últimos meses no hubiera existido jamás, cuando creía que nunca me sobrepondría a eso. Pero Dios es más grande que cualquier problema y creo que gracias a Él estoy donde estoy, y a causa de un propósito que sólo Él conoce.
Y bueno, todo eso me viene a la mente ahora que puedo quedarme hasta más tarde durmiendo, sin la preocupación de los certamenes y trabajos (aunque pronto tendré de qué preocuparme), almorzando bien, sin sentirme presionada. A veces me río al pensar cómo reaccionarían o qué dirían las personas que me conocieron en la básica, al verme en la que estoy ahora, yo creo que no lo creerían. Uno nunca sabe las vueltas que puede tener la vida, o qué cosas pueden estar esperándonos a la vuelta de la esquina.
Al final, eso es lo rico de vivir (..ya me jui en la volá).